Experimentando (Eli)

por **Alessandro Da Vinci** Miér Nov 17, 2010 11:41 pm

Martillee con fuerza el ultimo clavo de mi nuevo prototipo. Lo mire satisfecho, tenia un buena aspecto, parecido a una ballesta gigante pero con placas de hierro en la parte interior. Estire con las palancas el arco y la cuerda. Lo puse en tension y cogi la bola de corcho. En su interior habia una mezcla de polvora y Nitrato de Potasio. Le añadi tambien un poco de colorantes de flores naturales para destacarlo en el azul cielo. Puse la bola en la ballesta y prendi fuego a la mecha con un palito ardiendo. Cuando iba hacia la mitad tire de la palanca y la bola salio despedida por el enorme agujero que tenia el techo de la torra. Cogi rapidamente mis hojas de apuntes y observe el resultado. Una explosion colorida aparecio en el cielo, y se tuvo que haber visto en kilometros por la intensidad de la luz. Sonrei satisfecho. Habia conseguido a la primera algo que en nuevos inventos tendria que intentar veinte veces y desmontar y montar el aparato mas de tres veces. Apunte los resultados en las ojas y dibuje un boceto rapido de la explosion y el aparato, como hacia mi abuelo Leonardo y como mi padre me enseño

por **Elizabeth Tudor** Miér Nov 17, 2010 11:57 pm

Apoyé mis manos en la fría piedra, observando el pueblo más allá, mientras los sonidos de herramientas del taller llenaban un poco el silencio. Abajo, el jardín se encontraba taciturno, sin movimiento alguno, a diferencia del mercado, que podía distinguirse donde podía notar las luces de las velas desde las ventanas de las casonas.

Una brisa suave había comenzado a correr, y de mis pensamientos aún no podía sacar a aquel joven de mi mente, a quien había visto en la tarde. Admiraba su amor por la vida a pesar de cómo vivía, pero supongo que él tenía todo lo que haría la verdadera felicidad, una familia adorada y la libertad, quién querría más…

Un ruido estrepitoso me despertó de entre mis pensamientos y seguidamente fui iluminada desde el cielo, levanté mi mirada y lo que vi fue simplemente bellísimo. Mis zapatos resonaron por la torre, hasta llegar a la puerta del taller, donde el ingeniero real, Alessandro realizaba sus experimentos, un hombre simplemente encantador a mis ojos, diferente de los de la corte. Humilde e inteligente. Golpeé, y luego de recibir su voz me adentré al lugar.

Un hueco en lo alto del techo daba espacio a la noche estrellada y a la luz de la luna, y lo que fuera que hubiera iluminado el cielo, ya comenzaba a apagarse.
-Buenas noches, Sir Da Vinci..-le indiqué con una sonrisa amable, mientras mi mirada se posaba en sus apuntes.

por **Alessandro Da Vinci** Jue Nov 18, 2010 12:35 am

Tocaron a la puerta mientras escribia. Permiti que pasara. Me esperaba que fuera algun mensajero del rey pidiendo nuevas cosas, pero era una sorpresa mucho mas agradable. Levante mi mirada de mis apuntes y vi a la princesa Elizabeth. Le hice una respetuosa reverencia y deje mis apuntes a un lado.

-Bienvenida a mi refugio, alteza- Cogi otra de las bolas que teneia preparadas -Como habras observado, estoy experimentando- Le sonrei y puse la bola en el lanzacohetes

Di vueltas de nuevo a la palanca y cuando la ballesta estuvo tensa, queme la mecha y solte la palanca. El proyectil salio despedido y exploto en mitad del nocturno cielo dando una explosion roja y brillante. Mire a Eli.

-Tu padre me pidio que construyera un lanzaproyectiles mas efectivo que un cañon y con mayor explosividad, pero lo veo mas entretenido que mortal a esto-

Rei un poco y recorde algo. Me diriji a mi escritorio, con una montaña de libros, y saque uno muy fino. Volvi con la princesa sonriente.

-Ultimamente se rumorea mucho por ahi que en tus salidas pasas mucho tiempo con un muchacho. Supongo que tu padre no te dejara verlo. En uno de mis asaltos a la biblioteca, encontre este libro. Lo he estudiado a fondo- Se lo di a la princesa -Contiene caminos secretos por el palacio, conectados con los aposentos reales que todos salen en un callejon del barrio pobre de Londres. Supongo que era una salida de emergencia. Aqui tienes todo el mapa. Creo que no tendras problemas en ver a ese chico-

Me gustaba hacerla feliz y ayudarla lo maximo posible. Me sente en mi escritorio y segui escribiendo en mis apuntes. Le mire de nuevo sonriente.

-¿Alguna cosa en lo que pueda ayudarte?-

por **Elizabeth Tudor** Jue Nov 18, 2010 1:09 am

Moví mi mano en dirección al hombre para que evitara las reverencias, sin antes ofrecerle una sonrisa de amabilidad por supuesto. A decir verdad no me gustaba que las personas se inclinaran frente a mí como si se tratara de nuestro mismo dios, no me lo merecía, no había hecho nada para tal cosa, y sí lo hubiera hecho, nada sería los suficientemente peculiar como para inclinarse frente a alguien como si uno no fuera nada importante. En fin.

Caminé por el lugar, interesada como siempre en los particulares objetos que el señor Da Vinci, allí resguardaba. Algunos tan bellos…y otros..Otros salidos de las órdenes de mi padre, generalmente armas, que habrían de ser utilizadas para la guerra. Podía percatarme, cada vez que me encontraba con otras personas de la corte que ellos eran tan esclavos como yo de vuestro queridísimo rey. Como si nos halláramos en una mismísima función de títeres gigantes, y los cordones que nos sostenían fuera de acero.. Una vida de la que nunca podría librarme.

-Lo he observado, Sir..-comenté con una sonrisa mientras posaba mi mano sobre unos frascos extraños. Seguidamente me giré para contemplarlo.

Su nuevo experimento, debía admitir, lejos de ser un arma, como estaba predestinada, era algo absolutamente bello, cuyos usos podrían derivarse a algo mucho más alegre. En las mismas celebraciones del reino, como apertura o cierre, sirviendo como un peculiar y único espectáculo.

- He de admitir que he quedado impresionada con tan bello experimento, aunque su destino se halle en otros campos, y tan útil sería como un hermoso espectáculo del que todos pudiéramos disfrutar. Mi padre, en definitiva, nunca ha apreciado las verdaderas bellezas de la vida..-Agregué observando que se dirigía hacia mí.

Llevaba un libro entre sus manos, pero no era lo que acaparaba mi atención, mientras mi mirada, se había apartado hacía la ventana, oí lo que decía, y una de esas palabras fue la que me atosigaba, “se rumorea”, entonces al fin lo que había pensado desde algún tiempo debía de llevarse a cabo, si esos rumores, llegaban a la alta corte, Adrien sería asesinado. Debía alejarme de él, pronto.

-Yo no..-Y una vez más allí iba mi tonto intento de poder mentir. Aunque, tal vez debía estar agradecida por no poder hacerlo, tal y como se les daba con facilidad tanto a mi padre como a mi hermano. Pero entonces, ya con el libro entre mis manos, terminé de oir, y al fin pude volver la mirada a él. Acaricié el lomo del libro un momento, y seguidamente lo abrí, para inspeccionarlo un poco, efectivamente allí se hallaban especies de pasadizos hacías varios lugares del palacio.

Ahora al menos no tendía que correr tanto riesgo con Mary, o Adrien. Le sonreí como agradecimiento, evidentemente me había quedado sin palabras. Allí en el palacio, la única persona que tenía apoyándome era mi hermana, y ahora parecía que había encontrado un noble hombre en Sir Da Vinci, a quién solo me había cruzado en las salas, y celebraciones, o presentaciones de sus inventos, que a pesar de ello, lo admiraba por semejante inteligencia.

-Estaré eternamente agradecida a vos por esto..pero..¿os dáis cuenta que su vida corre peligro por encubrirme, y a demás facilitarme libertades? Sir Da Vinci, lo que menos he de querer es que lo ejecuten por mi culpa..-Dije con honestidad.

por **Alessandro Da Vinci** Jue Nov 18, 2010 1:31 am

Seguia escribiendo mientras escuchaba a la princesa. Suspire y deje la pluma a un lado. La mire con cara cansada y con una media sonrisa. Si me fueran a matar por lo que hacia... Hacia cosas que nadie conocia y preferia que quedaran sin saberse, ya que me desprestigiaria en la corte o directamente me expulsarian de ella.

-No me mataran, mi padre era muy apreciado por el rey. Ademas Tomas Moro y Hans Holbein son amigos mios y ex-profesores, siempre me defenderan. Por no decir que mis proyectos son bastante interesantes para tu padre. De todas maneras, manten el libro para ti sola, que nadie mas que tu amigo sepa de su existencia-

Recogi todos mis apuntes y los amontone en el escritorio, habia terminado por hoy. Me levante y mire a Eli sonriente. Le iba a mostrar a unas de mis obras maestras en mi joven vida. La lleve sin ecirle nada a una esquina del taller y descorri una cortina. Una grane structura de madera, con la forma de un pajaro. Sonrei orgullos de mi creacion.

-Si logro que funcione mejor que el original de mi abuelo Leonardo, revolucionare el mundo. Si llega a mis espectativas, se podria cruzar el canal de la mancha volando como un pajaro, sin necesitar barco-

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