Petición (Adrien)

Paseaba tranquilamente por el mercado, normalmente venía por aquí a robar comida y cosas así, pero esta vez había un motivo diferente.

Hace unos días oí a unos muchachos hablar sobre un grupo de rebeldes, tras hacerles un pequeño interrogatorio me dijeron que su líder era un tal Adrien. Tenía mis razones para querer unirme al grupo de los rebeldes, pero había una que era la más importante: Quería vengarme del rey por haber asesinado a mi familia.

Pasé por un pequeño puesto de frutas, y ya que estaba robé un par de manzanas, el vendedor ni se dio cuenta. Miré a todos los chicos que habían cerca, hasta que por fin encontré a quien buscaba, me acerqué al joven alto y rubio y le dije:

-Perdona, ¿eres tú Adrien?

Bien, tal y como pensaba ese chico era Adrien, incliné la cabeza a modo de saludo, aunque fuera una ladrona siempre debía ser educada:

-Perdona mis modales, debía haber sido yo quién me presentara- dije mientras me apartaba de la cara un mechón de mi cabello rubio- Mi nombre es Aliena Rover, al menos ese es mi nombre de día, por la noche soy más conocida como The Shadow Thief.

Puede que fuera un poco precipitado decirle a Adrien que yo era el ladrón al que se le recompensaba 100 monedas por su cabeza, pero algo me decía que podía confiar en él:

-En realidad quería pedirle una cosa, hace un tiempo escuché que usted es el líder de los rebeldes y deseo unirme a usted y a sus compañeros.

Nos escondimos en un callejón, tenía razón, no debía hablar en público sobre mi verdadera identidad, nunca se sabía cuando podían haber soldados del rey infiltrados:

-Pues sí, yo soy Shadow, el terror de la noche como me llaman algunas mujeres de la nobleza-contesté sonriendo, no me esperaba que fuera tan famosa- Ya me contaron sus aventuras, así es un honor para mí conocerle.

Aceptó de buen grado que me uniera a su grupo, sonreí a modo de respuesta. Entonces pensé en mi padre, de lo orgulloso que se habría sentido de que su hija continuara su legado. Pero mi padre estaba muerto al igual que toda mi familia:

-Me alegro de estar de su bando-dije estrechándole la mano- mis padres eran campesinos, se muy bien lo que han sufrido por la realeza y los nobles.

-Espero que tengas razón Adrien, pero la mayoría de nobles que yo he conocido son insoportables.

Entonces habló de un robo, eso sonaba realmente bien, hacia poco que esos burgueses se habían trasladado a la ciudad y llevaba tiempo planeando un robo en su casa, sonreí maliciosamente con la idea:

-Eso deberías haberlo dicho antes Adrien, por supuesto que me uno a la misión del robo. ¿A qué hora será?

-Me parece un buen plan- dije tras escuchar sus palabras- le aseguro que en menos de una hora las posesiones de los burgueses habrán sido robadas.

Comentó sobre repartir los bienes a la gente, nuna había pensado algo así. En los cinco años que llevaba siendo ladrona nunca había compartido mi botín con nadie que pudiera necesitarlo. Me sentí una completa idiota por no haberlo hecho antes. Cogí mi zurrón y se lo di a Adrien:

-Aquí dentro hay exactamente sesenta monedas- dije- se las robé anoche a un tal John de Waranne. Deberíamos dárselas a la gente del pueblo ¿no crees?